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Para poner en práctica lo aprendido.
El público objetivo, o target, es el grupo de personas con características y necesidades similares que son susceptibles de interesarles lo que ofrecemos y que, en consecuencia, presentan mayores posibilidades de comprar o adquirir nuestros productos o servicios.
El proceso de establecer tu público objetivo es crucial para saber a quiénes dirigiremos nuestros esfuerzos, y de qué manera satisfacer sus necesidades. Podríamos decir que sin este proceso no podemos llevar adelante estrategias efectivas de marketing, ya que no estaríamos personalizando sino generalizando nuestras campañas, llegando a menos potenciales compradores.
El proceso de definir tu público objetivo consta de unos simples pasos:
1. Establecé las características de tu producto o servicio
Difícilmente podamos vender algo que no sabemos a quién puede interesarle. Por ello, lo primero que tenemos que realizar es un análisis del tipo de producto o servicio que vamos a ofrecer a nuestros clientes, cuál es la necesidad que atacan y cuál es la propuesta de valor que ofrecemos para que los usuarios los elijan. El rango de precios, el tipo de producto, el tipo de uso, la estacionalidad son algunas de las variables que van a comenzar a delinear a qué tipo de consumidores podría interesarles lo que ofrecemos. Es importante que en este paso también podamos analizar a nuestra competencia (benchmarking), para conocer qué tipo de público tienen como consumidores, qué características tienen sus contactos de redes sociales, y de qué manera podemos dar un valor agregado para diferenciarnos.
2. Segmentá el mercado
Este proceso consta de establecer y seleccionar distintos tipos de variables para agrupar a los consumidores, e ir refinando los grupos resultantes hasta dar con los diferentes segmentos de nuestro interés.
Algunas de las variables más utilizadas son:
En la actualidad existen herramientas que nos facilitan esta tarea; tanto el uso de Google Analytics como de las redes sociales, nos permiten conseguir con rapidez y poco esfuerzo el análisis y validación del público objetivo. Es importante señalar que este proceso es repetitivo y requiere de una validación constante, para asegurar que los consumidores que segmentamos y seleccionamos, son ratificados mediante el resultado en nuestras campañas y ventas.
3. Establecé tu mercado meta
La segmentación no es el último paso del proceso. Al segmentar el público objetivo, dividimos a los consumidores en diferentes grupos que tienen características o necesidades similares, analizamos el atractivo de mercado que tiene cada agrupación (posibilidades de crecimiento del segmento, objetivos que perseguimos como negocio, atractivo estructural), y definimos a cuál (o cuáles de ellos) dirigir nuestros esfuerzos. Esta selección se define como “mercado meta” o “mercado objetivo”. No siempre los segmentos más grandes y con mayor crecimiento serán los que seleccionaremos, porque puede que nuestro emprendimiento no tenga los suficientes recursos para atenderlo, o porque la fortaleza requerida para igualar o superar a la competencia esté fuera de nuestro alcance. Debemos seleccionar segmentos donde podamos penetrar, ofrecer una propuesta de valor a los consumidores y diferenciarnos de nuestros competidores.
Ventajas
La segmentación del público objetivo tiene diferentes beneficios para tu negocio:
Si todavía no comenzaste, no esperes más.
¡Dirigí tus campañas y publicaciones a los usuarios indicados!
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