1 minutos
Tiempo de lectura
6 minutos
Tiempo para empezar a implementar lo aprendido
Tanto para pequeñas empresas como para profesionales independientes, el monotributo es una opción simple, fácil y rápida para poder comenzar a tributar los impuestos nacionales. Hoy, incluso, las nuevas disposiciones de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ya permiten obtenerlo en forma online. La principal ventaja es que pagando una sola cuota mensual se cancelan tres tipos de impuestos: los propios de la actividad, la obra social y el aporte jubilatorio. A esta obligación se le suma el impuesto a los Ingresos Brutos, un tributo provincial.
El sistema es tan fácil de utilizar que es el elegido por unas 3 millones de personas. Sin embargo, tiene sus límites. El más conocido es el tope de facturación: en el caso de los servicios, hasta junio de 2019, se puede facturar unos 1,1 millones por año y, en el de venta de bienes, poco más de 1,7 millones de pesos. Una vez superado ese monto, es obligatorio pasar al llamado Régimen General, en el que las obligaciones y los costos crecen sustancialmente.
Por eso, en esta guía te contamos, paso a paso, cómo tenés que hacer cuando tu actividad esté creciendo y ya no tengas lugar en el Monotributo. Tené en cuenta que estar en el Régimen General también tiene sus ventajas, como veremos a continuación:
Paso 1: baja del monotributo
Dentro de la Web de la AFIP, ingresá al servicio ‘Registro Tributario’ para comunicar la baja. En caso de que ésta sea voluntaria, explicá que la razón es la ‘Renuncia al régimen’. Lo ideal es que seas vos el que tomes la decisión de cambiar, ya que, si la AFIP te excluye por oficio, tendrás que abonar sumas retroactivas en concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) y Ganancias, entre otros punitorios y multas.
Paso 2: alta en el Régimen General
En este punto, tenés que inscribirte en el IVA, en el Impuesto a las Ganancias y en Autónomos. Para eso, ingresá en el servicio ‘Sistema Registral’ y hacé click en “F420/T Alta de Impuestos/Regímenes’ y, luego, ‘Alta de Impuestos’. En el caso de Autónomos, que no es otra cosa que el aporte jubilatorio para trabajadores independientes, ingresá en “Empadronamiento / Categorización Autónomos”. Luego de ingresar tus ingresos previstos, se emitirá un cupón de pago con tu Código de Registro Autónomo (CRA). Tené en cuenta el alta será válida desde el primer día del mes siguiente al que hagas el cambio.
Paso 3: puntos de venta y facturación
Como lo hiciste en su momento para el Monotributo, tenés que dar de alta los puntos de venta a través de los cuales emitirás facturas. Como Responsable Inscripto, las nuevas denominaciones en las facturas a entregar serán Factura A, Factura A ‘con leyenda’, factura M o Factura B, cuando se trata de un consumidor final. Todas deberán ser electrónicas o bien, en el caso de un comercio, ser emitidas por un controlador fiscal. ¡Listo! Ya están registrado en el Régimen General.
Paso 4: liquidar el IVA
A partir de ahora, el cambio más relevante es que el valor de tus impuestos dependerá de tus ingresos y gastos, ya no será un monto único mensual. En el caso del IVA, tendrás que añadir ese impuesto al importe neto de lo que vendas. En la gran mayoría de los casos, el IVA es del 21%. En forma mensual deberás declarar tus ventas a la AFIP y pagar el IVA correspondiente. Con la nueva Ley Pyme, podés pagar esta obligación a los 90 días de emitida la factura. De esta manera, tu cliente seguramente te habrá pagado para cuando tengas que cancelar el impuesto.
Una de las ventajas del Régimen General es la posibilidad de tomar parte del gasto como crédito fiscal. Es decir, a partir de ahora, cada vez que gastes en productos y servicios para tu negocio, pedí que te entreguen una Factura A. De esta manera, podrás evitar el pago del IVA al poder discriminarlo y, luego, deducirlo del impuesto generado por tus ventas. En otras palabras, tal como lo indica su nombre, sólo pagarás el IVA por el valor agregado que generes.
Paso 5: presentar la liquidación de Ganancias
El Impuesto a las Ganancias es un tributo de liquidación anual, lo cual es una ventaja respecto del Monotributo, que debe abonarse en forma mensual. Hay que pagar el 35% de la diferencia entre tus ingresos y tus egresos. Es por eso que hay que tener más rigurosidad en las erogaciones: siempre que se pueda, debe solicitarse una Factura A y guardarse los comprobantes de pago. ¿Por qué? Porque el Impuesto a las Ganancias se calculará restando todos tus gastos de los ingresos y multiplicando esa suma por 0,35%. Si eludes u olvidas declarar algún gasto, tu ganancia será superior a la real y pagarás más impuesto que lo que te corresponde. Es importante aclarar que la posibilidad de deducir gastos y la base imponible sobre la que se calcula el Impuesto a las Ganancias dependerá de la actividad económica que se desempeña y el año de ingreso al sistema. Este tributo suele ser mayor en el caso de los autónomos que entre los asalariados.
Paso 6: Autónomos y otros impuestos
Además del IVA y Ganancias, debe abonarse en forma mensual las contribuciones a la seguridad social (Autónomos). Este tributo varía en función los ingresos y está dividido en categorías. En relación a los Ingresos Brutos, el impuesto provincial varía según la jurisdicción. Usualmente existe un régimen simplificado que se mantiene con el pago de una cuota única mensual hasta cierto monto de facturación. Luego, habrá que calcular en forma mensual los ingresos y abonar el importe correspondiente.
Estos son los pasos principales para pasar del Monotributo al Régimen General. En el camino, seguramente te toparás con dudas y preguntas. Por eso, consulta con un contador cómo hacer en caso de que algo no te haya quedado claro. En materia de impuestos, siempre es mejor planificar y no dejar nada al arbitrio del destino.
Si estás diseñando un plan de negocio, si vas a comenzar un emprendimiento, o querés definir un nuevo nicho de mercado, establecer tu público objetivo tiene que ser uno de tus puntos de partida. En esta nota te presentamos de qué manera segmentar a los consumidores, y cuáles son los beneficios que obtenés.
Leer más¿Conocés cuántas unidades tenés que vender para cubrir tus costos? El punto de equilibrio es una herramienta que te permite conocer de una manera rápida y simple el rendimiento de tu emprendimiento, a la vez que te permite planificar acciones para mejorar financieramente tu negocio. Hoy te enseñamos a calcular el punto de equilibrio, y a conocer sus beneficios para tu emprendimiento.
Leer más